La tarea encomendada por el que se creía dueño del trono falló. Al actual heredero se le enredaron los hilos de la larga cuerda de responsabilidades atribuidas a un jefe de Estado, sin poder echarles la culpa a otros.
Si se estableciera un honorable tribunal en Venezuela para señalar lo bueno y lo malo que se ha hecho en los últimos años, sin duda, la justicia admitiría que el seleccionado no ha podido completar su tarea y razonablemente el acusado tendría que aceptar el fallo con humildad. Pero en este caso, hipotético, la gestión no pareciera enderezarse, puesto que el ocupante está desviado en hacer su soberana voluntad en detrimento de la caída del trono criollo o su castillo de arena.
En nuestra isla de Margarita se podría establecer penalidad por permitir que los ciudadanos duerman en la calle en colchonetas y hamacas, esperando una feria navideña para una cacería de artefactos y alimentos en un viernes endógeno, infame y además indigno. Máxima sanción por permitir que más de 100 niños de una escuela en el Municipio Arismendi peligren por aguas negras en el plantel.
Lo mismo ocurre con ex trabajadores de un organismo desaparecido, amenazando con cerrar los olores del vertedero de basura de nombre Piache o piche, sino le pagan sus prestaciones. Como también profesionales de la salud que denuncian ausencia de insumos e instrumentales en hospitales de Margarita, mientras 20 médicos integrales son enviados al continente africano para sumarse a la lucha contra el Ébola.
Se le acusa al régimen de haber extendido el contrabando en el país en todos los niveles, debido a un esquema económico que ha traído mayor pobreza, siendo acaudalado en leyes que finalmente no se llegaran a cumplir. Mayor corrupción en las dos sociedades que dividen a la nación, la sociedad política y la sociedad que sufre por las decisiones equivocadas de la política. El Libertador Simón Bolívar pronunció esta sentencia: “Todo aquel que fuese convencido de haber defraudado los caudales de la renta nacional… el robo y manejos ilícitos, será pasado por las armas y embargado sus bienes para deducir los gastos y manejo que originen”.
Muy grave es haber instaurado una forma de pena de muerte a más de 35 reclusos en una cárcel venezolana por envenenamientos. Todos los anteriores problemas, de alta gravedad, permiten suscribir, si todavía hay respeto por el juicio bolivariano que “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”. Son, entre muchas, algunas razones para un juicio, pero fuera del área bolivariana porque también la devaluaron.
@susanamorffe
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