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© Un niño tomando clases en línea. Shutterstock
© Un niño tomando clases en línea. Shutterstock

La pandemia de coronavirus (COVID-19) obligó a casi todos los países a cerrar las escuelas. En el pico de la crisis, unos 1600 millones de niños (i) dejaron de asistir a clases en todo el mundo.

Los directivos escolares tienen la responsabilidad principal de garantizar el bienestar de su personal y estudiantes y encontrar maneras de que los alumnos aprendan mientras se suspenden las clases en las aulas. Una encuesta realizada a más de 1800 directivos de 12 países (PDF, en inglés) reveló que más del 70 % de los directores consideraba que su responsabilidad principal era el bienestar de los estudiantes de su escuela. Dado que cuentan con el respeto de sus comunidades y mantienen relaciones personales con los estudiantes y sus familias, los directivos escolares están en una posición única para guiar a las familias en muchos aspectos.

Al hablar con funcionarios de educación (i) de los Gobiernos de cuatro países, durante un seminario web reciente organizado por Global School Leaders (i), quedó claro que los sistemas educativos deberían entregar cuatro mensajes claros a los directivos escolares para mejorar el bienestar y la participación de los estudiantes durante esta crisis y a medida que se avance hacia la reapertura de las escuelas :

1. Centrarse primero en las necesidades básicas

Antes de pensar en el aprendizaje en línea y la reapertura de las escuelas, debemos asegurarnos de que se satisfagan las necesidades básicas de los niños, como la alimentación, la salud y el bienestar emocional. George Werner, ministro de Educación de Liberia durante la crisis de ébola de 2014-15, dijo:

“Como líderes, debemos pensar qué sucederá cuando la amenaza de la COVID-19 comience a desaparecer. Es necesario tomar la salud escolar más en serio que nunca, y debe ser parte de nuestra planificación estratégica”.

Además, puso de relieve la necesidad de preparar maestros y líderes escolares para satisfacer las necesidades psicosociales de los niños que han pasado por circunstancias difíciles. Se comprobó que los programas que abordaban las necesidades psicológicas de los estudiantes (i) durante la crisis de ébola en Liberia, incluido un esfuerzo para consolidar la paz (PDF, en inglés) y un programa de arte infantil (i), mejoraron el bienestar de los alumnos.

2. Focalizarse en los niños más marginados y en riesgo

La crisis de COVID-19 está afectando gravemente a las personas que ya están marginadas en relación con otros grupos (i), y es probable que amplíe las brechas existentes entre estudiantes de familias pobres y familias acomodadas, así como entre estudiantes varones y mujeres (i). El Dr. Praveen Kumar, líder de la Sociedad de Escuelas Residenciales de Bienestar Social de Telangana, una red de más de 250 internados públicos (i) para algunos de los niños más marginados de India, dijo:

”El interés de esos niños en riesgo debe ser el núcleo de la estrategia para cada directivo escolar”.

Cuando se vuelvan a abrir las escuelas, los estudiantes tendrán diferentes necesidades y se deberán priorizar los recursos que coincidan con esas necesidades. El enfoque inicial debería centrarse en lo que necesitan los niños más marginados para que las desigualdades expuestas por la crisis de COVID-19 no aumenten. 

3. Centrarse en hacer participar a la comunidad a través de la comunicación y la colaboración

Si bien quedan pendientes muchos desafíos relacionados con la conectividad, las escuelas y los directivos están cada vez más conectados digitalmente (PDF, en inglés) con los padres y las comunidades escolares como resultado de la crisis de COVID-19. Los líderes escolares pueden desempeñar un papel fundamental garantizando que el vínculo entre la escuela y la comunidad continúe fortaleciéndose para apoyar el aprendizaje de los estudiantes y generar confianza.  La Dra. Sara Ruto, presidenta del Instituto de Desarrollo Curricular de Kenya (KICD, por sus siglas en inglés) y presidenta de los esfuerzos de respuesta a la COVID-19 del Ministerio de Educación de Kenya, brindó un ejemplo innovador de cómo los líderes pueden usar esta mayor conectividad para mejorar las habilidades críticas del aprendizaje socioemocional entre los estudiantes (i). La doctora señaló que:

“[La crisis] está impulsando algunos de los pilares del plan de estudios que no se mencionaban antes. Por ejemplo, la participación de los padres, el empoderamiento y la educación en valores. Esta (es decir, la educación basada en valores) es algo que los niños necesitan ver, experimentar y con lo que tienen que crecer. Y el hogar es el primer lugar donde esto sucede. Los directivos escolares deberán aprovechar esta oportunidad para involucrar a los padres a fin de garantizar que tal aprendizaje se produzca”.

Apoyar a los directivos escolares mientras continúan involucrando a las comunidades y las familias durante y después de la crisis también será fundamental para reducir la ansiedad y generar confianza para regresar a la escuela y apoyar el aprendizaje de los niños.

4. Aprovechar las nuevas oportunidades para enfocarse en el aprendizaje

Durante la crisis del coronavirus, los directivos y maestros de escuela de muchos países tienen que trabajar en medio de una situación incómoda, sobre la cual tienen muy poca experiencia previa que les ayude a realizar sus funciones. Como resultado, los educadores están innovando y descubriendo sus propias maneras de enfocarse en las necesidades de los estudiantes. El Dr. Iwan Syahril, recientemente nombrado director general de los maestros y el personal docente del Ministerio de Educación y Cultura de Indonesia, se refirió a esto y dijo:

“Nos estamos empezando a acostumbrar a lo incómodo. Durante años hemos hablado sobre el aprendizaje centrado en el estudiante. [La COVID-19] nos da la confianza de que esto está bien. No solo enseñas tu programa, sino que observas a tus estudiantes y comienzas allí. Esta es una oportunidad para volver a concebir el plan de estudios y garantizar que cada alumno aprenda".

Existen pruebas (i) de que orientar a las escuelas, los directivos escolares y los maestros para que se concentren en conocer el nivel de los estudiantes puede mejorar los resultados. La crisis de COVID-19 representa una oportunidad para que los directivos escolares reorienten sus funciones y apoyen los esfuerzos de los maestros destinados a ayudar a sus estudiantes. 

Hoy es más urgente que nunca que los directivos escolares respondan de manera decidida para mitigar los trastornos que enfrentan los niños mientras continúan fuera de la escuela. Los sistemas educativos deben empoderar y apoyar a los directivos escolares para que se centren en el éxito de los estudiantes.  Mientras los Gobiernos desarrollan y perfeccionan las estrategias para abordar el impacto de la COVID-19 en todos los sectores, es importante transmitir el mensaje del ministro Werner que dijo (i):

"Cerrar las escuelas durante una crisis como esta es pedirle a nuestra generación más joven que haga un gran sacrificio en favor de sus mayores. La manera de honrar ese sacrificio, cuando la crisis del coronavirus remita, es poner el aprendizaje de cada niño en el centro de la recuperación. Es lo mínimo que les debemos”.

Estos mensajes clave significan que los directivos escolares y sus asociaciones deberán formar parte del desarrollo de la estrategia de reapertura de las escuelas. Los panelistas dejaron claro que no se puede hablar sobre esta reapertura sin involucrar a los directivos escolares.

La pandemia de COVID-19 también ha puesto de relieve la necesidad de capacitar a los directivos escolares en temas como las asociaciones comunitarias, la comunicación y el TV liderazgo docente.