La tarea es muy dura para el componente de la Unidad mientras el enfoque del oficialismo sea obstaculizar todas las propuestas que deberá hacer la nueva Asamblea Nacional para responder al pueblo. Es ahí donde el enemigo atacará buscando que la gente se desencante, y en el mismo acto trazar un camino de derrota para los 112 diputados designados por el país en las pasadas elecciones del seis de diciembre.
Será indignante ver el panorama que se presentará a partir del martes cinco de enero en la constitución del parlamento, -el legal- con la brutal bienvenida que están montando los oficialistas, comandados por el que dio la primera estocada con la constitución del parlamento paralelo -el ilegal- para impedir accesos a los legisladores, prensa y pueblo que apoya el cambio.
Pocos días quedan para terminar el año 2015 y en la brutal arremetida que se avecina, los venezolanos debemos estar más sensitivos a la necesidad de buscar la paz en el país. Si se logró detener un estallido con el fraude que tenía preparado el régimen, debemos por tanto evitar una confrontación para evitar el rio revuelto y la ganancia de los debilitados pescadores.
No debemos caer en la satisfacción que busca el enemigo de agitar a la nación para proponerse a seguir al frente de los escándalos, corrupción, injusticias y violaciones a los derechos humanos.
Si el momento nos exige reflexión, hagamos el esfuerzo de apaciguar los ánimos con la razón. Vamos a cerrar un año con cifras alarmantes de homicidios, pero tenemos también la oportunidad de hacer un cierre que permita la apertura de un nuevo año con nuevas esperanzas y confiando en los hombres que estarán al frente dando la batalla para que el país se encamine a mejores condiciones de vida, sin exclusión.
La alegría de las fiestas en estas fechas ha disminuido por la pobreza impuesta por un sistema de gobierno agotado, pero el optimismo por presenciar la llegada de un nuevo año, que no empañe el camino del éxito que merece Venezuela.
Apenas hemos comenzado el camino hacia la libertad, por lo que es necesario continuar con el esfuerzo de volver hacer un país de grandes recursos. Somos soldados con el casco de la paz y el chaleco de la esperanza, somos la generación del Dios que no admite perdedores.
Nos quedan varios kilómetros por recorrer y solamente pueden ser recorridos por gente consciente, luchadora, que quiere trabajar, sin hacer colas, que aspire sacar al país de la crisis en la que nos ha sumergido el régimen insensato en su pretensión de dirigir nuestras vidas.
Todos aspiramos a seguir con vida en el 2016 y Dios nos ayudará a llegar. A los que se fueron los amamos.
Saludos, hasta el próximo año.
@susanamorffe
sábado, 19 de diciembre de 2015
sábado, 12 de diciembre de 2015
DERROTADOS Y VENGADORES
La derrota puede tener dos caras, una es asumirla con hidalguía y la otra es aparentar debilidad pero con mayor fuerza para la venganza. En ambos casos el aspecto emocional puede frenar y a la vez permitir el avance. No es lo mismo una victoria bien ganada que una derrota mal aceptada.
Así se encuentra la mayoría de los ejecutores y seguidores de la anacrónica revolución cubano-venezolana, frente a los resultados del 6 de diciembre. No obstante, ninguno se confíe en su derrota emocional fulminante, ya que ellos aún se mantienen en el poder, lo que les da ventaja. La oposición venezolana apenas comenzó a dar un paso liberando del secuestro a uno de los poderes que sustenta la democracia y la participación ciudadana.
El pueblo ha sido muy inteligente al ofrecer su voto a favor de un cambio -fue lo que le vendieron- pero ese cambio debe venir con algo más, igual cuando se acude a una operadora de teléfono celular a comprar un plan, se espera algo a cambio como los segundos gratis, megabytes, etc., porque a la final quien va a sostener ese plan del dueño de la operadora, es el que lo compra, así mismo debe ser con el asunto político.
El mal herido procura la venganza al sentirse traicionado y demuestra su estrategia emocional atacando desde el poder, con lo cual coloca en la palestra su estrepitoso signo de debilidad. El régimen ha sido debilitado por el peligroso combate entre el hambre y la vida.
La verdad es que el 7 de diciembre Venezuela amaneció con un pueblo orgulloso de su mayor proeza: bajó la tensión, tanto como cuando se paga el último giro del carro. Debemos estar alerta porque el otro bando sigue con poder, y a la par, los partidos políticos deberían tener un cambio, despojarse de la política tradicional que no ha conducido al país a buen puerto, tomando en cuenta el agotamiento que se ha desarrollado por el hambre existente en el país.
Luce desproporcionado escuchar y observar gestos de políticos tradicionales, sacar a los que están ocupando cargos porque así lo hizo el régimen o que en nombre del “cambio” digan que tal o cual cosa no sirven, sin ofrecer opciones.
Millones de venezolanos electores fueron movidos con la idea de un cambio, pero no a la luz de la venganza porque con eso no se construye. Las alianzas tienen que hacerlas con el pueblo y para el pueblo, tanto a la ofensiva como a la defensiva. Lo demás hay que dejárselo a Dios. Vamos a quitarnos esos clichés de lo que es del cura va pa´la iglesia.
El pueblo le abrió a cada postulante en el parlamento, una oportunidad de empleo por cinco años, se deben poner a trabajar, a pensar, a servir al pueblo. A crear para cada ciudadano un proyecto de vida que no lo tienen. Lo único que hay hasta ahora es, sígueme para yo seguir en el poder y tú te arreglas con lo que alcance para ti. Pues no, la corrupción tiene que acabar, esa realidad tiene que cambiar, el pueblo es el soberano, es el que manda, es el que ostenta el poder desde el 7 de diciembre. Los políticos son los servidores del pueblo. Eso tiene que quedar grabado en la mente de cada uno.
Venezuela no debe seguir sosteniendo partidos políticos parasitarios, más bien gente preparada que piense y actúe con inteligencia. Los representantes de partidos políticos tradicionales, incluido el prehistórico del régimen, no deben despojar de sus glorias al pueblo, porque hay un pueblo que cobra. Un pueblo despierto es un monstruo de mil cabezas para imponer su poder.
Es tiempo de trabajar, no de celebrar y tomar venganzas, sino por lo contrario se debe tomar acción. Pensar en el pueblo primero es acertar sobre la materia prima que tiene un país para votar y desarrollarse. Aún el enemigo no está vencido, solo está debilitado emocionalmente en una de sus partes.
Venezuela está esperando por los hijos que pariera, para crecer y ofrecer el talento de cada uno y ser un mejor país.
@susanamorffe
Así se encuentra la mayoría de los ejecutores y seguidores de la anacrónica revolución cubano-venezolana, frente a los resultados del 6 de diciembre. No obstante, ninguno se confíe en su derrota emocional fulminante, ya que ellos aún se mantienen en el poder, lo que les da ventaja. La oposición venezolana apenas comenzó a dar un paso liberando del secuestro a uno de los poderes que sustenta la democracia y la participación ciudadana.
El pueblo ha sido muy inteligente al ofrecer su voto a favor de un cambio -fue lo que le vendieron- pero ese cambio debe venir con algo más, igual cuando se acude a una operadora de teléfono celular a comprar un plan, se espera algo a cambio como los segundos gratis, megabytes, etc., porque a la final quien va a sostener ese plan del dueño de la operadora, es el que lo compra, así mismo debe ser con el asunto político.
El mal herido procura la venganza al sentirse traicionado y demuestra su estrategia emocional atacando desde el poder, con lo cual coloca en la palestra su estrepitoso signo de debilidad. El régimen ha sido debilitado por el peligroso combate entre el hambre y la vida.
La verdad es que el 7 de diciembre Venezuela amaneció con un pueblo orgulloso de su mayor proeza: bajó la tensión, tanto como cuando se paga el último giro del carro. Debemos estar alerta porque el otro bando sigue con poder, y a la par, los partidos políticos deberían tener un cambio, despojarse de la política tradicional que no ha conducido al país a buen puerto, tomando en cuenta el agotamiento que se ha desarrollado por el hambre existente en el país.
Luce desproporcionado escuchar y observar gestos de políticos tradicionales, sacar a los que están ocupando cargos porque así lo hizo el régimen o que en nombre del “cambio” digan que tal o cual cosa no sirven, sin ofrecer opciones.
Millones de venezolanos electores fueron movidos con la idea de un cambio, pero no a la luz de la venganza porque con eso no se construye. Las alianzas tienen que hacerlas con el pueblo y para el pueblo, tanto a la ofensiva como a la defensiva. Lo demás hay que dejárselo a Dios. Vamos a quitarnos esos clichés de lo que es del cura va pa´la iglesia.
El pueblo le abrió a cada postulante en el parlamento, una oportunidad de empleo por cinco años, se deben poner a trabajar, a pensar, a servir al pueblo. A crear para cada ciudadano un proyecto de vida que no lo tienen. Lo único que hay hasta ahora es, sígueme para yo seguir en el poder y tú te arreglas con lo que alcance para ti. Pues no, la corrupción tiene que acabar, esa realidad tiene que cambiar, el pueblo es el soberano, es el que manda, es el que ostenta el poder desde el 7 de diciembre. Los políticos son los servidores del pueblo. Eso tiene que quedar grabado en la mente de cada uno.
Venezuela no debe seguir sosteniendo partidos políticos parasitarios, más bien gente preparada que piense y actúe con inteligencia. Los representantes de partidos políticos tradicionales, incluido el prehistórico del régimen, no deben despojar de sus glorias al pueblo, porque hay un pueblo que cobra. Un pueblo despierto es un monstruo de mil cabezas para imponer su poder.
Es tiempo de trabajar, no de celebrar y tomar venganzas, sino por lo contrario se debe tomar acción. Pensar en el pueblo primero es acertar sobre la materia prima que tiene un país para votar y desarrollarse. Aún el enemigo no está vencido, solo está debilitado emocionalmente en una de sus partes.
Venezuela está esperando por los hijos que pariera, para crecer y ofrecer el talento de cada uno y ser un mejor país.
@susanamorffe
lunes, 7 de diciembre de 2015
VENEZUELA COMPLACIDA, NO SATISFECHA
La victoria fue siempre para quien jamás dudo de ella (Anibal)
Claro que el país celebra la victoria de elección legislativa con 17 años a cuestas de sacrificios, humillaciones y pobreza. Claro que demostramos que si se puede lograr la unión para convivir en paz y equidad. Esta victoria del 6 de diciembre nos compromete aún más porque es el inicio de una larga batalla para reconstruir a la nación.
La excusa fueron los candidatos al parlamento y el objetivo fue el cambio deseado por todos los venezolanos que participaron en la jornada electoral del domingo. Hubo errores que deberán ser corregidos para las próximas contiendas, primero gobernadores y alcaldes, y la más importante, la presidencial. “Un error reconocido es una victoria ganada”.
El mayor delito en los sufragios fue hacer esperar a los venezolanos por los resultados en manos del Poder Electoral, (CNE) una forma abusiva que no se deberá repetir. Argentina nos regaló un ejemplo, digno de imitar, con su elección presidencial mediante comicios manuales y a las seis de la tarde el mundo conoció quién era el presidente de ese país.
Los votos nulos, durante el desarrollo de la jornada en diferentes centros de votación, fueron consecuencia de la confusión por no enseñar a votar con el tarjetón frente a la máquina.
La expulsión de los ex presidentes resultó otra bufonada del régimen para imponer su dictadura. Ni con el “mazo dando” se pudo dar ejemplo de ética y dignidad.
Extender la hora de cierre evidenció, una vez más, la fallida marramuncia que en diferentes eventos electorales pasados solo se prestó para concretar el fraude, y no se logró debido a la avalancha de votos a favor de la Unidad.
¿Hasta cuándo vamos a permitir el juego sucio tecnológico de la rectora? ¿Será necesario volver al voto manual?
Hará falta exigir un mejor liderazgo, honesto, con probada rectitud, equidad y voluntad para lograr el mejor bienestar posible para todos. Que los políticos hagan su trabajo y el pueblo responda con voluntad para abrir nuevas y mejores posibilidades de vida en Venezuela.
Los líderes de ayer continúan activos y necesitamos de su sapiencia para fortalecer la democracia en el país. Veamos también en ellos una ventana para saber y entender el camino de la consolidación de país productivo y soberano.
Todos estamos agradecidos, entre unos y otros, por haber respondido a Venezuela con lealtad, amor y pertenencia. Las fuerzas armadas cumplieron con su deber de imponer el orden, ante los deseos sanguinarios de mentes retorcidas se impuso la sensatez. El odio ha sido vencido en una primera etapa, debe comenzar el diálogo para exterminar todo aquello que nos ha separado.
No más comunismo, foráneo, ni interno, llamaremos a Venezuela el país con democracia para el servicio del bien común y hacer respetar lo que la providencia nos entregó para administrar.
Venezuela está complacida pero igual quedará satisfecha cuando salgamos definitivamente del arcaico régimen socialista-comunista. No debemos conformarnos con la primera batalla ganada, quedan muchas luchas por delante.
@susanamorffe
Claro que el país celebra la victoria de elección legislativa con 17 años a cuestas de sacrificios, humillaciones y pobreza. Claro que demostramos que si se puede lograr la unión para convivir en paz y equidad. Esta victoria del 6 de diciembre nos compromete aún más porque es el inicio de una larga batalla para reconstruir a la nación.
La excusa fueron los candidatos al parlamento y el objetivo fue el cambio deseado por todos los venezolanos que participaron en la jornada electoral del domingo. Hubo errores que deberán ser corregidos para las próximas contiendas, primero gobernadores y alcaldes, y la más importante, la presidencial. “Un error reconocido es una victoria ganada”.
El mayor delito en los sufragios fue hacer esperar a los venezolanos por los resultados en manos del Poder Electoral, (CNE) una forma abusiva que no se deberá repetir. Argentina nos regaló un ejemplo, digno de imitar, con su elección presidencial mediante comicios manuales y a las seis de la tarde el mundo conoció quién era el presidente de ese país.
Los votos nulos, durante el desarrollo de la jornada en diferentes centros de votación, fueron consecuencia de la confusión por no enseñar a votar con el tarjetón frente a la máquina.
La expulsión de los ex presidentes resultó otra bufonada del régimen para imponer su dictadura. Ni con el “mazo dando” se pudo dar ejemplo de ética y dignidad.
Extender la hora de cierre evidenció, una vez más, la fallida marramuncia que en diferentes eventos electorales pasados solo se prestó para concretar el fraude, y no se logró debido a la avalancha de votos a favor de la Unidad.
¿Hasta cuándo vamos a permitir el juego sucio tecnológico de la rectora? ¿Será necesario volver al voto manual?
Hará falta exigir un mejor liderazgo, honesto, con probada rectitud, equidad y voluntad para lograr el mejor bienestar posible para todos. Que los políticos hagan su trabajo y el pueblo responda con voluntad para abrir nuevas y mejores posibilidades de vida en Venezuela.
Los líderes de ayer continúan activos y necesitamos de su sapiencia para fortalecer la democracia en el país. Veamos también en ellos una ventana para saber y entender el camino de la consolidación de país productivo y soberano.
Todos estamos agradecidos, entre unos y otros, por haber respondido a Venezuela con lealtad, amor y pertenencia. Las fuerzas armadas cumplieron con su deber de imponer el orden, ante los deseos sanguinarios de mentes retorcidas se impuso la sensatez. El odio ha sido vencido en una primera etapa, debe comenzar el diálogo para exterminar todo aquello que nos ha separado.
No más comunismo, foráneo, ni interno, llamaremos a Venezuela el país con democracia para el servicio del bien común y hacer respetar lo que la providencia nos entregó para administrar.
Venezuela está complacida pero igual quedará satisfecha cuando salgamos definitivamente del arcaico régimen socialista-comunista. No debemos conformarnos con la primera batalla ganada, quedan muchas luchas por delante.
@susanamorffe
sábado, 5 de diciembre de 2015
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