lunes, 29 de septiembre de 2014

SEAMOS SOLIDARIOS

Se habla de diálogo, crisis, unidad y resistencia, entre tantas otras luchas para hacer sentir cada uno de los problemas que debemos enfrentar a diario, pero se ha olvidado la más importante que mueve a todas las demás. Nos referimos a la solidaridad, un valor que con los cambios de vida actual, se ha perdido junto con otros de tanta relevancia para reconocer el bien común. El gran pensador Aristóteles dijo: “El bien de la comunidad es mayor y más divino que el bien de uno solo”.

De la falta de solidaridad emergen grupos terroristas asesinos como el más nombrado en el mundo, el Estado Islámico; desde esa terrorífica célula hasta en escuelas, colegios profesionales, grupos políticos, instituciones, entre otros, se ha ido perdiendo ese hábito que podría beneficiar y mejorar las relaciones. No se puede esperar que las personas sean solidarias, si cada uno no intenta cultivar con solidaridad.

Los verdaderos activistas sociales, reconocen y reclaman solidaridad, para poder llevar a cabo su tarea a favor de todos. Así tenemos que mientras los “originales” tienden puentes para ganar adeptos en los barrios pobres, otros, en burdas copias, rompen puentes en las urbanizaciones y viceversa ¿Por qué? Es que no es fácil ser líder nato y neto. Se habla de diálogo nuevamente, pero mientras no exista la solidaridad, es un tiempo perdido.

El régimen no es solidario con el pueblo, solo con los que ha sometido a la más vil ignorancia para seguir en el poder. No es solidario con el virus de Chikungunya, pero si lo es con el Ébola. No es solidario con el ambiente y tenemos un rudo cambio climático. No es solidario con los de adentro, pero si con los de afuera. Tampoco es solidario con el clamor de la gente que pide a gritos un cambio de sistema y así terminar con el comunismo y establecer la auténtica democracia.

Por solidaridad deberíamos estar unidos y no diversificados, al menos los que deseamos una Venezuela próspera, sin discriminaciones por pensar distinto. Es necesario ser solidarios de corazón y mente. A manera de ejemplo, el prestigioso médico argentino, René Favaloro, cansado de "ser un mendigo en su propio país", dijo: "Estoy convencido de que a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad".

@susanamorffe

lunes, 22 de septiembre de 2014

PERIODISTAS ARMADOS


(…porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. 2Co:10)

Nunca antes había sido tan frágil la figura de un periodista como ahora con el régimen de turno. Los periodistas estamos constantemente sometidos a multitud de cambios y variables, que influyen definitivamente en la formación de opinión, la cual, aparentemente, debe estar ajustada a los requerimientos y complacencias de los gobernantes.

Este modo de valorar la actividad de los comunicadores, profesionales graduados en universidades reconocidas, se ha transformado en una especie de gancho de ropa, arrojarlo o colgarlo, de acuerdo a los vaivenes del momento y la eventualidad que rodea el desarrollo de situaciones, que pudieran contradecir las ideas supremas de la clase política en el poder. Por estos días leí algo que es cierto. “Los periodistas no colocamos la pluma y el cerebro en alquiler para beneficio de otros”.

Así como está planteado el país, las constantes amenazas a medios y periodistas no es otra cosa que basura sin propiedades para el reciclaje. Realizar un periodismo ecuánime es difícil en momentos de crisis. El ejemplo de nuestra afirmación la suscribimos con el despido de la caricaturista Rayma de un diario capitalino, ella con sobrado talento y valentía por denunciar lo que ante los ojos de los venezolanos, es una verdad absoluta: el país está quebrado y en coma inducido sin probabilidades de recuperarse a corto o largo plazo.
La fragilidad de los periodistas se traduce igualmente al haber utilizado en una guerra de fanáticos extraviados del Estado Islámico, a dos periodistas degollados y expuestos públicamente como mercancía colocada en la vidriera del mundo. Más allá del monstruoso procedimiento empleado, es evidente que un periodista resulta una “caja negra” como parte importante de una subsiguiente investigación. Es razón suficiente para que los periodistas sean utilizados para alcanzar la profundidad de los acontecimientos. Tal cosa, nos coloca en la mira del colectivo, algunos como defensores, otros más como adversarios y verdugos.

El periodista Fernando Del Rincón escribió: “Ninguna acción del gobierno venezolano logrará silenciarme”. Los periodistas somos seres humanos falibles, pero valientes, sometidos a la presión diaria, “muchas veces la misma presión de los medios obliga a que la ética resulte una carcajada”, una gran verdad cuando existe la exigencia de una noticia o una historia inventada, investigada, pero que sea espectacular y a tono con la línea que quieren. Lo que ocurre en Venezuela no amerita castigos para medios y periodistas, porque la única verdad de la descomposición nacional, la manejan todos los venezolanos. Con esta noticia, todos quedamos despedidos.

@susanamorffe



domingo, 21 de septiembre de 2014

EN BUSCA DE LA PATRIA PERDIDA

Hubo un reino donde gobernaba una clase política que derrochaba democracia en todas sus ofertas y planes de la nación. Los súbditos divididos en clases, marginados, media y media alta, se acostumbraron al ritmo del péndulo, cada cinco años se turnaba un rey con más democracia y todos bailaban, a ritmo de bolero, una forma de gobierno que permaneció por más de 40 años, mientras los marginados “meneaban su sopa” que estaba en olla de presión a punto de ebullición.
Pasó el tiempo y el reinado se caracterizaba por la bonanza, dinero a granel, debido a que el rey de turno logró amasar gran fortuna con los recursos naturales que tenían para explotar y exportar. Sin embargo, entre blancos y verdes se comenzó a producir una legión de individuos que se adueñaban cada vez más de los recursos y a enriquecer su patrimonio, mientras las arcas de la república quedaban comprometidas.
El piso se erosionaba, existía mucho malestar por una gran diferencia entre ricos y pobres, estos últimos eran engañados una y otra vez. A esta clase pobre de la sociedad los blancos y verdes, y de la diversidad variopinta, les daban materiales de tercera para construir casas o también se los robaban para vivir hacinados en cerros o en áreas inapropiadas para habitar.
En el reino se fue deformando la convivencia humana porque se consideraba que las políticas estaban irremediablemente condenadas al fracaso. Sin embargo, el rey de turno miraba solo hacia un horizonte personal, donde la abundancia, el derroche, las formas de vida familiar eran cuestionadas. Hubo asesinatos, grupos comandos que cometían sicariatos, las cárceles registraban un estado de deterioro y hacinamiento total. Así fue como llegó la demolición de unos de los retenes más atroz, a raíz de una decisión política de un rey que mandaba por apoyo de un chiripero.
Todo era fríamente observado, la vida por arriba era ostentosa, muchos llegaron a estudiar completo, otros carecían de oportunidades, el que no viajó no lo aprovechó; no obstante, por debajo el estiércol corría por las calles, pero una gran clase respiraba con el pañuelo en la nariz. Descontento, malestar, quejas y presagio del final de la democracia, era la comidilla en puerta.
Nadie se dio cuenta de lo que podía pasar y mucho menos de lo que iba a llegar para un reino próspero y quizás envidiado por su producto interno bruto. Llegó el cambio, el rey de turno blanco fue destronado en varias intentonas. Hasta que cabalgando como jinete con malos presagios, apareció el llanerito con una corte militar para posicionarse del patio que, según cuentan, se lo encomendó el propio libertador de la patria. En esa locura, se sumergió una gran cantidad de súbditos, entre ellos los marginados.
Y con el pueblo en la mano, mas la clase productora de la comarca apoyando al nuevo rey, se comenzó a gobernar bajo la alegría de que ahora si se iba a producir un gran cambio. El rey nuevo mantenía una carta debajo de su manga o era el mango de su garrote. Desde una isla lejana lo comprometían a realizar una revolución social y por ese sendero se dejó llevar durante largos años, entre elecciones, protestas y marchas.
Lo único que no cambió en ese nuevo gobierno galáctico, fue el nombre de la patria, aún se conserva como Venezuela, el mismo país que pasó de su enamoramiento al divorcio total del jefe de la manada que nunca más volvió. El país se convirtió en Venezuela sangrante, ahora no en las manos de un llanero, sino de un forastero, la exprimieron por todos los rincones, creció una casta de delincuentes de arriba y de abajo. Los ojos atónitos de los opositores comenzaron a replegarse para volver a mantener la vida de épocas pasadas.
Pasaron factura, con la nueva dictadura creció la élite de los enchufados de lado y lado, la descomposición social incontrolable, las muertes, corrupción, alimentación y formas de vida terminaron con el país que, finalmente, quedó a merced de los extranjeros. No hubo nada que defender, solo jóvenes heroicos dieron un paso al frente para rescatar su futuro perdido. Algunos encontraron la sedienta muerte de colectivos armados, nada se pudo revelar y todo quedó para la historia y aún cuenta la leyenda que hubo detenidos por autoridad del mandante, otros multiplicados siguen por las calles con la esperanza de retomar la respiración de la patria perdida.

@susanamorffe

lunes, 15 de septiembre de 2014

REACOMODOS POLITICOS


“La persona que sabe el CÓMO siempre tendrá empleo. La persona que sabe el PORQUÉ siempre será su jefe”.

Después de la inútil polémica del “Chávez Nuestro”, modalidad del régimen para atrapar a incautos perdedores, se han venido produciendo situaciones que marcan, paso a paso, el fin de la estrangulada democracia venezolana y se espera un nuevo zarpazo para terminar de degollarla, si la población lo permite con el letargo que la ha caracterizado hasta ahora.
Pasó el “sacudón” anunciado por al mandatario de turno y la población pareciera que espera otro nuevo, impactante y con resultados tangibles. Pues no, todo el mundo anda en Venezuela con la boca abierta, porque no sale del sorprendente modo de vida encarecido, para llegar próximamente a un dólar paralelo de 100 bolívares, con las consecuencias de precios más altos en todos los rubros alimenticios, automotriz, salud y el resto de nuestra “paleada” economía.
El capitalismo salvaje se ha inclinado hacia el régimen con todo tipo de sazones: boliburguesia, viceministerios, la buena vida a todo dar, y en contraste, más dependencia foránea, mientras el único recurso que nos queda, no renovable, lo están comprometiendo con la venta de Citgo, guisos en la empresa petrolera del Estado, PDVSA, (¿antes o después de Ramírez?) y salidas cuantiosas de dinero hacia el exterior y al interior de los bolsillos del régimen que no paran de llenarse.
Eventualmente se suma la vida política del país, la cual no ha dejado de moverse para ganar espacios en las próximas elecciones, la más inmediata es la de la Asamblea Nacional, donde se juega la vida la oposición y el oficialismo la inmoralidad que emerge de los resultados en todas las votaciones que la mitad de los venezolanos, han tenido que superar a un costo doloroso y preñado de fecundas trampas.
Las renuncias de los que por mucho tiempo levantaban férrea bandera blanca opositora, se traducen en oxigeno de figuras oxidadas, sacrificios estratégicos o sembrar nueva semilla para recoger votos, no sin antes pasar por unas primarias. No pocas veces veremos, en adelante, los reacomodos políticos para ganar las parlamentarias en la “honorable” Asamblea Nacional, la cual vislumbra hazañas a punto de empujones para llegar a cada curul.
En la sucesión de estos episodios, se van olvidando de los compromisos con los jóvenes, de los pésimos servicios públicos, salud y del pueblo en general. Uno de ellos, por ejemplo, la legitimidad del salario mínimo retroactivo de los empleados públicos de la región insular, después de haber sido anunciado con campanitas y platillos por el mandatario regional, resultando finalmente una bofetada para los trabajadores que ahora van vociferando y lanzando llamaradas de desprecio, han terminado por creer que están utilizando el dinero ajeno para los reacomodos políticos.

@susanamorffe

domingo, 7 de septiembre de 2014

ALCALDIAS EN COMICS

En el trote cotidiano que nos lleva por las calles de la Isla Margarita (sin la de) nos topamos con frecuencia con un “transeúnte” y siempre conversamos. Ninguno de los dos somos deportistas, pero nos ha tocado “patear calle” y coincidimos que la vida no es azarosa, todo ocurre con un propósito, por algo ambos somos agudos para escribir, gozamos de buena salud y corazón fuerte.
-Amigo, en esta trotadera diaria ¿Cómo te parece lo que hace cada uno de los alcaldes por los municipios de la isla?
-Bueno, amiga, tocaste una letra nula.

-¿Por qué? Inclina la cabeza hacia un lado y con la mano izquierda se rasca lo que le queda de cabellos en su incipiente calva y responde:
-Aquí nadie hace nada para beneficios de los electores que son los que al final, tienen el poder y no lo saben. Los alcaldes parecen unos alcaloides, salvo algunos que podemos sacar del saco de gatos.

-¿Cómo es eso?, alcaloides tiene que ver con drogas, le corrijo.

-No en el estricto uso del concepto, lo que hacen es para aparentar, como lo han hecho los gobernadores, el de ahora y los de antes. Fíjate, cada mandatario mueve un piso y le sacan por la prensa que hizo algo grandioso, cuando en realidad lo que hacen es auto alabarse y así los pedigüeños, que tiene por todos lados, sigan idolatrándolos y jalándoles. Es lo mismo que ocurre con el tipo ese que gobierna en Venezuela, es el que menos sabe de Estatismo. Como periodista tú debes saberlo…

-Claro, pero, vuelve a los alcaldes o alcaloides, como tú los llamas…

-Yo no soy seguidor de Alfredo Díaz, pero hay que reconocerle que ha hecho programas sociales para el pueblo. Él es un buen “alcaloide” porque le quita los dolores o problemas a mucha gente, llámese ancianos, estudiantes, niños especiales y por ahí se va. El resto del G11 o alcaldes, se han dedicado últimamente a vender comida en ferias gastronómicas, como solución turística. La basura es una queja constante porque la dejan en la calle, a otros las casas viejas se les derrumban, los rojos rojitos lo que hacen es exaltar obras que parecen sacadas de los cuentos de Disney, incluidas las alcaldesas que tienen de comiquitas; una, es Barbie “ñera” y otra es una Cenicienta reencauchada, aunque la de la oposición también es figura de Disney, anda en esa vía como Rapunzel. Te estoy hablando con los personajes de los cuentos que han sido de mis hijos. Pero la verdad, amiga, que tanto tú como yo, somos espectadores críticos y no nos gustan los remakes falsos, ¿o no?

-Bueno, es verdad, pero tus comparaciones me producen risa, por solo imaginarme a cada alcalde dentro de esos personajes.

-Ni que decir -prosigue el “trotacalle”- de aquellos que solo actúan para ganarse la pro del gobierno. Realmente no saben un c… donde están parados, pero jalan bello y tienen a su alrededor una corte de adulantes que le refuerzan su psiquis en los bolsillos. Ese es el triste panorama de nuestra Margarita, cada día convertida en la pequeña Cuba, muy lejos de la pequeña Venecia de Colón.

-¿Vas a votar en las próximas elecciones?

-Nooo, amiga mía, me dejé de eso. Desde que la vida contribuyó a rodarme el velo de los ojos, no regalo mi esfuerzo a favor de los alcaloides, diputados y presidentes.

Mi amigo “trotacalle”, habló muy serio y con expresión desencantada, llegamos a Parque Costa Azul, a donde sospecho se quedó para crear nuevas comiquitas…

@susana morffe

lunes, 1 de septiembre de 2014

NO SOMOS CUBAZUELOS

(Los propósitos de Dios son irreversibles y es claro que, el gobernante que actúa injustamente será juzgado y castigado por Dios en el fin)

En Venezuela no podemos permitir que las cicatrices de un pasado erosionen la vida de este país, caracterizado por su amplitud para recoger la cosecha de lo que produce. Una de nuestras cosechas es la que tenemos desde hace muchos años atrás, la carta magna que protege los derechos como ciudadanos y a la vez nos recuerda los deberes por cumplir. Si algo hay que recordarle al mandatario de turno es que el Artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es muy amplio y entre otras cosas ordena:
“La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
Se infiere que los venezolanos estamos confrontando una situación de abusos y maltratos con las nuevas tarifas de electricidad, tomando en cuenta el pésimo servicio que ofrece Corpoelec, cobrando hasta un 200% del valor del consumo cuando lo que tenemos son permanentes apagones. A esto se suma, las recurrentes fallas y desperdicio en el suministro de agua, siendo la Isla Margarita doliente por indolencia del organismo (Hidrocaribe) que administra el recurso, al hacer caso omiso de la fuga del vital líquido en la tubería submarina rota y denunciada por voceros o activistas sociales.
Nos hemos convertido en patrimonios vivientes de la mediocridad revolucionaria, y no vamos a calarnos un recargo más porque están robando descaradamente con las facturas de electricidad, un servicio que todos reconocemos que no sirve sino para robar a los usuarios. El Artículo 3 de la Constitución ordena: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo (…)”.
Los políticos y gobernantes no están en la palestra pública para dirigir, condicionar o esclavizar la vida de los ciudadanos, sino para establecer las mejores condiciones a una vida plena. No nacimos para mendigar, nacimos para triunfar. Del mismo modo, la huella dactilar de los 29 millones de ciudadanos con nacionalidad venezolana, solo deben ser utilizadas para refrendar la historia positiva de nuestro país y no para comprar la comida que el régimen ha desaparecido de los supermercados por sus equivocadas políticas económicas. Es evidente que los que procuraron el golpe de estado en el año 1992 y 2002 son los que guardan silencio en 2014.
¡No seremos una réplica de Cuba! Tal vez al pueblo cubano lo adormecieron y lo embrutecieron durante más de 50 años, esa era la meta para tener al pueblo sometido, sin condiciones para conocer algo distinto a las ideas macabras de un hombre que en su mente experimentó la estrechez, como consecuencia de una niñez entre las penurias y una vida de dureza económica. Si su país fue indolente con su familia y bienes, no le vamos aceptar imposiciones reñidas con nuestra soberanía. “Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.
La vida de cada habitante en Venezuela es sagrada, mientras que la responsabilidad del Estado es permanecer vigilante ante las condiciones de total seguridad que permita la convivencia humana y el genuino desarrollo del pueblo y no el pueblo al servicio de los políticos. No expongan a más pruebas a la población, ni insistan en convertirnos en cubazuelos.

@susanamorffe