Al interactuar de manera virtual con los artículos que semanalmente publicamos, recibimos opiniones sobre lo que está ocurriendo en el país. Nos detenemos con curiosidad periodística a leer lo que intentan grupos de venezolanos para rescatar la democracia, hoy hundida en un océano profundo de calamidades.
En silencio, la gente se está organizando y a modo de ejemplo mencionamos un grupo llamado “Ciudadanos en Acción, la alianza liberal”, el cual, mediante un manifiesto, convocan a la “Ruta ciudadana” que impulse una amplia discusión democrática y culmine con la selección idónea de candidatos a diputados de la nueva Asamblea Nacional.
Se trata de una de tantas motivaciones ciudadanas, como la antes mencionada, desde Guayana, que se montan en la palestra pública para exigir una vida justa, democrática, equitativa, digna y libre. Igualmente desde Táchira se incorpora “La Rebelión de las Regiones”. Llama la atención la voz de alarma que se levanta en el pueblo para reanimar a los líderes de oposición polarizados, en estado de letargo inexplicable, a encarar las demandas ciudadanas de días y horas peregrinando para el sostenimiento de vida en el país.
Si comparamos al país con una enfermedad, podríamos decir que Venezuela sufre de Colón irritable, con todos los síntomas desagradables y no muy fáciles de controlar. Tenemos entonces, movimientos intestinales producidos por falta o malos hábitos alimenticios, escasez de medicinas y pésimos servicios, todos agrupados producen un letal estreñimiento, como patrón absoluto de la explosiva situación que pudiera ocurrir en un órgano tan vital como el Colón si no se trata a tiempo.
Ante las eventualidades, se ha producido cualquier cantidad de calambres, distensión y reflujo gástrico, lo que para un especialista es un cuadro patético, tal como la crisis que vivimos en el país, cuya fórmula depende de cada uno. Visto así, tendríamos que ejercer una cuota de participación para el remedio de los males que cada venezolano lleva en sus hombros.
No es precisamente arrojándole excrementos a ciudadanos encarcelados como se pueden dar pasos para sanar el país. Ya el Colón irritable está produciendo sus propias heces sangrientas. De modo que la solución se encuentra en la raíz del problema. Se requiere de mucha fibra mental y un torrente de ánimo para no terminar con dificultad en posición horizontal en la sala de un hospital como todo lo que transforma el estómago.
@susanamorffe
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