Aún retumban las palabras del difunto cuando anunciaba su fin en este mundo y le entregaba la presidencia al “heredero” para completar el período y más adelante en la entrampada elección. Hoy se habla de un golpe y otros que recibe el pueblo venezolano todos los días, gota a gota, ya que lo único que produce el régimen es malestar, rechazo y efervescencia de ánimos entre ciudadanos descargando entre otros la impotencia y maltratando a usuarios cuando acuden a solicitar un servicio. Todo es producto de la tensión que gira en el país. Con los días se va perdiendo la oportunidad de tolerancia.
Por un buen tiempo a los que le quedan fuerzas, se escuchará el vergonzoso resultado de una gira improductiva en Irán, China, Qatar, Argelia y Rusia. La mayoría de estos países al igual que otros europeos, tomaron previsiones para tiempos de difícil situación petrolera y crearon un fondo para encarar la crisis, menos Venezuela. Ningún país apuesta por el nuestro porque todos reconocen lo que se ha hecho con el recurso petrolero, dilapidar, robar hasta dejar las arcas en el estado deplorable de los actuales momentos.
Todo esto me recuerda lo que le ocurrió a un amigo que trabajaba en una empresa de embutidos en la isla de Margarita. Los dueños mantuvieron una actitud miserable con sus empleados, no les pagaban bien y explotaban a los más entrados en edad. Con frecuencia les regalaban a los empleados las salchichas que estaban vencidas. Finalmente la empresa quebró, tal vez por una cuestión de energía negativa, si no sabes dar, tampoco puedes recibir.
Hay una enorme diferencia entre fallar y ser un fracasado, lo vivimos todos los venezolanos en esta etapa crítica, difícil y de extrema tragedia. Si al menos el “colocado” hubiera fallado en designar gente inexperta en cargos claves, como de hecho ha ocurrido, se le perdonaría el error, pero el asunto es que estamos frente a un individuo totalmente fracasado, sin un ápice de sensatez, coherencia y visión para llevar las riendas del país.
EEUU recientemente le abrió las puertas a la economía de Cuba y la estrategia pudiera revertirse en un embargo para Venezuela y encontrarnos, dentro de poco, en el mismo sistema que vivieron los cubanos por más de 50 años. En este momento huele a restricciones nórdicas. Si eso llegara a suceder Estados Unidos colocaría en jaque al país, iríamos a la quiebra en tiempo récord. Analistas apuntan que pudiera ocurrir una guerra como lo hizo Cuba cuando invadió a Venezuela en la década de los 60.
La situación en Venezuela no la detiene una elección parlamentaria que se avecina. La onda de destrucción amenaza con acentuar los falsos controles alimenticios del régimen. La comunidad está recibiendo duramente la escasez, el desabastecimiento y los pésimos servicios. Ahora que todo el pueblo solito está en la calle, sin convocatoria, nada más buscando el alimento para subsistir, llegó la hora de no fallar y comenzar a transitar, sin miedo, el cambio que viene bien en este momento.
@susanamorffe
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