domingo, 5 de abril de 2015

CON EL LLANTO OCULTO

Por estos días feriados de relativo descanso, relativo porque no dejamos de preocuparnos por la situación crítica que debemos afrontar día a día en la interminable búsqueda de alimentos, contar los días siguientes y el poco dinero que no rinde para un mes. En la reflexiva parada escribí en Facebook la desgraciada conclusión de tener que comer después de Semana Santa, ya que los precios los aumentaron, aún más, con la excusa de la “temporada”.
Respuestas conmovedoras de nuestros amigos seguidores, venezolanos todos y sufridos, soportando, aguantando con valor la impotencia, cada uno tiene especie de tractor interno que recoge el caudal de lágrimas para no verter la angustia alrededor de quienes los acompañan. Reímos con llanto, hablamos con llanto contenido, denunciamos y criticamos los malvados pasos de los funcionarios y políticos, pero lo hacemos con el llanto reprimido. A hombres y mujeres se les pone aguado el guarapo, cuando tiene que enfrentar la dura tarea de sobrevivir con la crisis actual.
Cada uno va expresando su realidad: “Difícil es la vida”, “Panorama desolador”, “Cómo hago con mi madre que solo come pollo y pescado”, son venezolanos metidos en un problemón que no buscamos pero nos enrolaron en el ejército de la esclavitud. En Estados Unidos fue en Wall Street donde se estableció el primer mercado de esclavos en el país (historiasdehistorias.com). En Venezuela seguimos sometidos a la esclavitud del poder económico que condiciona la vida de la población. El pan nuestro de cada día es un reto, es una misión, es una obligación, es un agotamiento físico y mental al no poder conseguirlo y a duras penas pagarlo. No es un secreto que la ingesta de alimentos se ha reducido. Familias venezolanas se levantan cada mañana con el estómago vacío sin poder conseguir como llenarlo.
Vendrán días más difíciles, es la respuesta de mujeres, hombres y especializados en el área económica angustiados por la situación. Muy poco hacen los políticos para aminorar el desaguisado colectivo al que nos han sometido por sus pasos equivocados, erróneos, estúpidos y sin criterio sobre la responsabilidad social que tiene cada uno. La gente está cansada de ver y escuchar “estrategias” que solo benefician a los políticos buscadores de votos y posiciones. A todos ellos los pueden ver en fotografías preparando sancochos, divirtiéndose con sus familiares, viajando, jugando, compartiendo ratos libres a todo evento. Las familias son “pescadas” por cazadores de votos para ofrecerles un rato de esperanza con dádivas burlonas, miserables y cargadas de promesas que nunca llegan hacer verdad. “Me duele mi familia, tengo personas en la casa con enfermedades y no consigo las medicinas y cuando las consigo no puedo costearlas”. “No tengo trabajo y tú sabes que el Puerto Libre lo desguañangaron”. Son testimonios de gente margariteña.
La campaña política parlamentaria se abrió como telón de fondo para divertir por un rato a la población cargada de calamidades. El compromiso social quedó en receso y se ha entendido que las parlamentarias no serán la solución de la gravísima situación de Venezuela. Los discursos no solo se escuchan contradictorios, sino carentes de compromiso auténtico para luchar por la libertad de tanta gente oprimida por las componendas, frases o consignas preparadas en los laboratorios políticos para subyugar al pueblo con mediocridad y desesperanza.
Inquieta, aniquila y entorpece el plan de vida devastador que existe en Venezuela. La gente votará, pero no lo hará por personas que no representan el verdadero sentir de las mayorías, votará porque les duele el estómago, tendrán esa vía para procesar lo que le ocurrió al país en más de una década. Madres, niños y hombres no quieren seguir muriendo en vida en la tierra que corresponde con el llanto oculto para no sucumbir a la angustia y desesperación.


@susanamorffe


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