No están obligados a entender y considerar mi malestar, cada quien drena su angustia o el “rollo” de acuerdo a los instrumentos que tiene a la mano. Me conformo con la potencialidad que tiene la paz y mi alma acondicionada para soportar con tranquilidad los embates de la vida. Hoy ha correspondido instalarse en el país una vida tortuosa por demonios desatados en personas que a base de mentiras intentan controlar a Venezuela con fecha de caducidad. El actual es tan perverso que seguidores de la nefasta revolución adoran al difunto, quien fue menos malo de lo que tenemos ahora, según ellos.
En la semana que terminó hubo noticias nacionales e internacionales que han abonado el terreno para el horror y descontrol colectivo, suma más individualidad en una suerte de autoprotección, así tenemos que cada quien va cuidando su “parcela” sin importar la de otros. El individualismo crece en nuestra sociedad como un monstruo gigante que camina y aplasta lo que encuentre, no hay razonamiento, ni consideración. Estados Unidos y Venezuela están cabeza a cabeza en materia de individualismo como fenómeno social. Tanto es así, que el patriarca del Vaticano en su reciente gira por países latinoamericanos, menos Venezuela, llamó a salir del individualismo.
Cuando se aborda el tema de la crisis, ésta comienza por desmembrar los valores de la estructura humana y cada vez el “monstruo” va aniquilando todo ser viviente o alguna cosa que se mueva, como obstáculo para avanzar en su afán de apoderarse de todo contra todos. El pequeño monstruo boliviano lanzó sus coca-flechas, como un veterano por su origen en este tipo de armas, intentando acaparar la atención del mundo y de los locuaces comunistas regados minoritariamente en nuestro planeta, así pretendió deslumbrar y poner en evidencia su ignorancia supina que, por lo contrario, recibió el más enérgico rechazo al colocar una hoz y martillo en la cruz del Redentor. Evo y su combo de amigos son un injerto de Rastafari con Ku Klux Klan, Sendero Luminoso y cuanto bicho extraño ideológico ha nacido en el mundo.
El tirador de flechas sigue obnubilado por sus creencias fariseas de que el mundo tendrá que ser poseído por el comunismo, como religión y poder político. No hay nada más hostil que habitar en un desierto como lo es Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Argentina y Venezuela, países empeñados en darle vigencia a un sistema obsoleto donde los recursos son escasos y la vida resulta difícil. En esa onda desértica también se ubican los equivocados que aparentan lo que no es, así tenemos supuestos doctores, maestros, políticos y gobernantes a los que les falta legitimidad. El asunto no se queda solamente en ese punto, además hay que tener autenticidad y credibilidad para arrogarse un título en un quehacer.
No solo por tener cierto poder se llega a creer que se agarra la sartén por el mango. Los más creídos también se derrumban. Es la razón por la que no se puede ser tan “evo” como para apabullar a los que son auténticos seguidores de la verdad. Cuentos de caminos son los que cada día inventan y están atados a una cuerda muy frágil y fácil de romper. Un ejemplo de esa fragilidad es el cuento de la guerra entre Guyana-Venezuela y Colombia-Venezuela ¿Por qué no la terminan de hacer o concluir? Es la manera de dar el “pan de cada día” a la escuálida mesa del pueblo, que no ve luz en la economía de los comunistas, como estrategia que están aplicando para rendir el tiempo que les queda. El refrán callejero expresa: “quien a hierro mata a hierro muere”; pues con la hoz y el martillo quedarán aniquilados los comunistas, cada quien tendrá lo suyo, incluidos los que alaban a Jesús y son los Judas del siglo XXI. Sobran episodios en la Biblia donde Dios utilizó y utiliza las herramientas de los enemigos para su propia destrucción. Yo no sigo a Evo, sigo a Dios. Hay maneras de no ser tan inmaduros y tan evo…
@susanamorffe
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