La libertad sin orden es anarquía y el orden sin libertad es dictadura (Adolfo López Mateos)
El empeño de continuar en el poder cuando las circunstancias no son favorables es un indicativo de no querer beneficiar al pueblo, la patria y sus recursos. Tal tozudez deja demostrado que lo importante es llenar los bolsillos personales –las arcas ya están desahuciadas- y abandonar el barco – eso lo esperamos todos- cuando no quede nada por robar.
La revolución de la etapa del Cromañón cumplió su ciclo –siniestra por cierto- no queda ni el ideal de patria que tuvo en el principio. Los candidatos al parlamento son la excusa y el verdadero objetivo es salir de la picada mortal del régimen que solamente ha dejado a su paso, veneno esparcido en el corazón de los venezolanos.
¿Hacia dónde vamos? Hacía la consolidación de un nuevo país, donde no quede un venezolano sin el derecho a tener vida de respeto con las condiciones propias de una sociedad civilizada. Eso es lo que se pretende. Otros que no quieran ese camino, tendrán que separarse y tender su carpa cargada de imbecilidad en otro país.
Votar por ninguno se le ocurrió a la MUD, evidencia que ellos tampoco están conformes con los ejemplares que van a la carrera, eso lo tiene claro los venezolanos, pero hay que votar por la Unidad. La votación es contra el régimen y es por esa única y exclusiva razón que la gente va a salir a la calle a depositar su voto masivamente, porque no quieren la prolongación de un mandato “inmaduro”, incapaz de solucionar el hambre en todas sus formas. De eso se trata.
Ha llegado el momento en que el egoísmo, la envidia y los mediocres deben quedar catapultados y luego seguir hacia la meta en paz, con Venezuela –con muchos años de arreglo- convertida en un país decente, de talentos, de valores y educación digna de imitar, ¿costará mucho hacerlo bien? Aprendimos todo lo malo, es tiempo de no repetir errores y en caso de ser así, no estarán dispuestos a volver atrás los ciudadanos con un mínimo de conciencia.
Vamos a demostrar que somos capaces de crecer, cada uno en su área, el líder, el empresario, el distribuidor, el político, el maestro, el médico, el docente, los periodistas y hasta la humilde ama de casa. No repitamos los desaciertos del pasado. Todos somos venezolanos y cada uno en un pequeño lado del corazón le debe doler esta Venezuela moribunda.
Cuando nos corresponda votar el próximo 6 de diciembre deberíamos hacerlo pensando en el país, con el firme propósito de deslastrarlo de la podredumbre que nosotros hemos permitido. Vamos en busca de la liberación, no es imposible pronosticar lo que va a ocurrir a menos de un mes en Venezuela, un gobierno totalmente derrotable, ese que no pudo consolidar una patria unida y fortalecida. Si el asunto es detener la trampa, es un acto cívico salir a votar. La manera representativa del deber ciudadano es con el voto, no por el nombre de un candidato, es por Venezuela entera, ese país humano que nos da trabajo, comida y descanso.
No hay tiempo para los discursos de baratija que no logra nada con humillantes maniobras y ventajismos. El descredito hacia los más talentosos no es tolerable si queremos salir de esta lucha.
Estarán en la mira los oficiales que entendieron su deber de patria para que puedan llegar al final de sus días, satisfechos y en paz con su conciencia. Saquen el sable oxidado y garanticen la vida democrática, la defensa del voto sin ideales políticos, el respeto a los derechos humanos y a la soberanía y el orden de la razón.
@susanamorffe
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