¿Lo cotidiano es más importante que el guión del dialogo y la MUD?, hay algo más, el país o la indolencia.
TRES EN UNO
Muchos de nuestros amigos venezolanos continúan comentando sobre la verdad del asesinato del ex policía y piloto, Oscar Pérez y sus compañeros, de la desvergonzada ayuda a jóvenes que cobraran por embarazo 700 mil bolívares y sobre el epílogo del diálogo inducido. No rodar el velo, por ahora, es la mejor decisión, hay demasiada confusión y poca credibilidad. Se trata de los episodios moribundos del actual sistema. Tarek W. Saab en silencio ¿Luisa Ortega hablaría y actuaría igual dentro de su patio que fuera de el?
Invito a leer otros problemas de la cotidianidad.
La atómica crisis por la que atraviesa Venezuela ha movilizado a la población, en su gran mayoría, a salir de sus pertrechos y solventar el diario vivir tan duro y costoso para las familias, individuos, parejas y ancianos.
¿Qué hacer cuando los gobernantes no ofrecen nada en un país improductivo? Hay que movilizarse, desde el cerebro hasta los pies y en busca del dinero que haga falta para intentar alcanzar el pago de verduras y otros productos que ayuden a sostener la vida.
De los bachaqueros poco hay que decir, todo se ha denunciado y los principales cabecillas están en el sistema imperante. Es la razón por la que siguen vigentes, comprometiendo los bolsillos de los ciudadanos decentes.
Tanta es la desesperación de cada venezolano y venezolana, que por primera vez en la historia, hemos tenido que presenciar el desgarrador desenlace de jóvenes intentando refugiarse en otro país y zozobrar en la embarcación que los trasladaría a tan nefasta hazaña. Desde el estado Falcón hacia la muerte. Así como una joven embarazada, muerta por disparo de un efectivo de la Guardia Nacional por protestar su derecho a la alimentación.
Las fuerzas no se agotan para algunos y es así como ahora, frente a los saqueos y cierre de establecimientos, surge como el gran paliativo las páginas en redes sociales para ofrecer en venta artículos usados y no usados. Esta fórmula en auge, ha permitido que mucha gente comercie con alimentos desaparecidos y se desprenda de tantas pertenencias para ser vendidos y redondearse mediante la economía del buhonerismo online. Lo muy malo del negocio es que muchas personas hayan sido timadas.
Años atrás se aplicaba el mismo esquema en una Venezuela próspera. No obstante, las razones eran otras, no alcanzaba la bonanza para todos porque se represaba en élites que con el tiempo han sido descontinuadas.
El “mercado de los corotos” siempre existió, para algunos era la forma de salir de trastes obsoletos que otros los compraban y remodelaban. Fue un círculo vicioso de una economía informal, sin ser expansiva, pero de hecho existió.
Tampoco perdieron vigencia las casas de empeño para obtener un dinerito cuando llegaba la catástrofe financiera al núcleo familiar o particular. Por ello, esos establecimientos siempre fueron un paliativo y aún se mantienen, para los que aún les queda algo de valor.
En modo de reflexión, durante la vida nada nos pertenece. Eso lo saben los grandes seres que han tenido el privilegio de la riqueza y conscientes del valor filantrópico ayudan a otras personas a surgir. Lo contrario son aquellos que sufren la enfermedad de la avaricia, cuyo seres finalmente son arrastrados hacia la quiebra económica.
Es imperativo recordar los que se fueron sin nada, robaron, se hicieron ricos y hoy sus discípulos sufrirán las consecuencias del mayúsculo delito. Otros, robaron o dejaron robar y murieron pobres. Lo concluyente es que ninguno está a salvo de sus torcidas formas de vida, tarde o temprano desde el Supremo, Banco Universal, pasaran la factura.
@susanamorffe
Me gusto mucho tu artículo Susana. Saludos desde Madrid
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