jueves, 17 de mayo de 2018

TESTIMONIOS RELEVANTES


TODOS PRESOS
 Susana Morffe

Hay muchas formas de estar preso en Venezuela. No están solos aquellos que pagan por sus errores dentro de un recinto o fuera de el. En Venezuela se produce la atípica situación de tener a toda la población presa, unos detrás de rejas, otros caminando por calles y avenidas.

Las diferencias no son muchas entre los reos tras las rejas, algunos esperan por largo tiempo las sentencias, otros están condenados de por vida y no dejan de estar confortablemente instalados o los que controlan y ordenan a los rehenes, son los llamados (pranes). Ejemplo: El “Conejo”.

A los que están en los monstruosos calabozos venezolanos les pasa de todo y ellos a su vez hacen de todo. Los que estamos en las calles nos pasa de todo cuando los primeros se escapan (y son muchos los fugados) y es mucho lo que tenemos que hacer para sobrevivir y no salir triturados por la maldad acumulada de los privados de libertad y en libertad plena, bajo la negociada aprobación de los funcionarios altos, medios y bajos.

Esa macabra vida de enfrentar el día a día es por lo que más de la mitad de la población, se siente presa y desea emigrar del país. Los venezolanos están presos por el hambre, por falta de dinero en efectivo, por el pésimo sistema de transporte privado y colectivo. Estamos privados de libertad de expresión y presos para salir del país en condiciones medianamente humanas.

Para el próximo 4 de junio seguiremos más encadenados que ahora. Con el nuevo cono monetario, los venezolanos presos en las calles y avenidas desearan estar en calabozos porque en esos recintos circulan los dólares y otras exquisiteces. Ciertamente hay hacinamiento, pero para algunos es mejor estar adentro que en las calles desoladas, donde no se consigue nada.

En un país deformado como Venezuela los ceros no sirven para un cono monetario, pero para los presos de calabozos, los ceros tienen puntaje. Ese si es un verdadero dólar paralelo.
Entre tanto, los presos políticos son torturados y vilmente “sentenciados” a una muerte lenta y segura, bajo las condiciones más infrahumanas conocidas.

Y los cambios pa´cuando

El 3  de junio es el fin de la vigencia de la moneda actual. Los billetes previos a la Reconversión quedarán desmonetizados. Empieza el proceso de la re expresión con la disminución de tres (3) ceros en la moneda y entra en circulación la nueva familia de billetes y monedas.
Parece conocida esta historia. Algo más, el billete de 100.000 Bs, quedará fuera de circulación a partir de esta medida.

@susanamorffe

Seis consejos para mantener la calma cuando todo va mal

Hay ocasiones en las que parece que todo va mal. Como reza el refranero español “las desgracias nunca vienen solas” y muchas veces sentimos que eso se confirma en nuestras vidas.
Pero no todo va mal, hay algo que va bien, y es que tú sigues siendo tú mismo, sigues teniendo un cerebro que puede ayudarte a solucionar o controlar, al menos en parte, la situación que estás viviendo. Perder la calma no es una opción, es necesario mantenerse tranquilo y relajado en la medida de lo posible y mantener la cabeza fría.
Para eso aquí van algunos consejos para que puedas poner en práctica cuando sientas que todo va mal, léelos con tranquilidad e intenta llevarlos a cabo.

1. Identifica las señales de tensión en tu cuerpo

Será importante que te fijes en qué te dice tu cuerpo cuando estás ante una situación complicada. Es posible que sientas cómo se tensan los músculos, cómo se acelera tu respiración o tu corazón o, incluso, cómo sube tu temperatura corporal.
Cada persona tiene unas señales diferentes. Debes saber identificarlas cuando aparezcan para estar preparado para poder llevar a cabo los consejos siguientes.

2. Respira hondo

El control de la respiración es indispensable para mantener la calma. Cuando estamos bajo presión, con un alto nivel de estrés, respiramos más superficialmente ya que el cuerpo está preparado para el ataque o la huida.
Concéntrate en la respiración e intenta que sea más profunda y más calmada. Haz una inspiración profunda, aguanta el aire unos 5 segundos y expúlsalo lentamente. Repítelo tantas veces como sea necesario y verás cómo las señales de tensión de tu cuerpo se van reduciendo.

3. Concéntrate en otra cosa

Ante las situaciones complicadas, muchas veces nos encontramos con que no podemos parar de pensar continuamente en ello, e intentamos evitarlo, pero cuanto más lo evitamos, más nos viene a la mente. ¡No pienses en un elefante rosa! Y aparece como por arte de magia en tu cerebro. Intentar no pensar en algo es pensar en ello.
Así que no intentes no pensar en el problema, simplemente, concéntrate en otra cosa. Visualiza un paisaje en tu mente, escucha música, mira por la ventana, conéctate a internet y mira vídeos de gatitos o coge un buen libro de esos que enganchan y lee.

4. Muévete

Activar tu cuerpo físicamente hará que toda la energía y la tensión que has detectado en tu cuerpo se concentre en una actividad productiva.
Salta, baila, practica golpes de boxeo (contra un objeto no animado, por favor), corre, haz natación o simplemente sal a caminar. La actividad física calma la ansiedad y relaja el cuerpo y la mente.

5. Utiliza el sentido del humor

Siempre. El sentido del humor es básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones complicadas todavía más, intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que se relajen las tensiones. No es fácil, pero se puede conseguir.
Por ejemplo: piensa qué pasaría si hubiera una cámara grabándote y fueras el protagonista de una serie de humor. Todo esto que te está pasando ahora formaría parte de un guión humorístico, seguro que serás capaz de sacarle el punto divertido. Ríete de ti mismo.

6. Piensa qué haría alguien a quien admiras

Si nada de lo anterior te ha servido para mantener la calma, prueba con esto. Piensa en aquella persona que crees que siempre está calmada, aquella persona que a pesar de los reveses de la vida siempre tiene una sonrisa en la cara. ¿La has localizado? Bien, pues piensa qué haría ella en esta situación. ¿Cómo actuaría? ¿Qué diría? ¿Qué pensaría?
Ahora hazlo tu. Actúa, habla y piensa como lo haría esa persona, verás que las cosas son más fáciles así. Por lo tanto, si hoy te sientes abrumado por las preocupaciones y llevando tu vida como un pesado lastre, recuerda que puedes dejar ante Dios tu carga y recibir de su paz. 

Fuente: Siquia.com



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