Hay que hablar con respeto de la historia bíblica, esa misma que han torcido con el libro sagrado según ideales caprichosos de grupos fanáticos, con propósitos fratricidas que en lugar de unificar a los seres humanos de esta tierra creados por Dios, van hacia un exterminio.
La guerra desatada entre Israel y Palestina por la célula Hamás, de mivieja data, es una guerra sangrienta que hoy afecta literalmente a la infancia. Agregados Sunnitas, chiitas y demás criaturas andantes de ese complicado asunto territorial y religioso, se agudiza en la franja de Gaza por una lucha de poder económico. El tema religioso ha sido constante y algunos piensan que es conveniente para engañar al mundo y sus seguidores.
Los argumentos de expertos en política internacional dicen al respecto, que se odian como seres humanos, no es la religión ni la política, el rechazo va más allá, como resultado de una homofobia radical.
Por otro lado, se abriga la esperanza en Dios que se manifestará ante lo imposible y en el momento único actuará sobre la legión de dioses que acompañan a los terroristas, siendo caldos de cultivos de armas de fuego y control de territorios.
El libro sagrado al que hacemos referencia, menciona a Isaías [1-3] y el dijo: «Habitantes de Jerusalén, ustedes están llenos de esplendor porque la gloria de Dios brilla sobre ustedes. Una noche oscura envuelve a las naciones, pero Dios hará brillar su luz, y así los reyes del mundo verán la gloria futura de Israel».
Si hacemos un poco de memoria, habrá que recordar a Hugo Chávez, cuando le envió maldiciones a Israel. Lo hizo el 2 de junio de 2010. La historia está archivada en videos y variadas informaciones en redes sociales. El difunto alardeaba de su conocimiento bíblico sobre la vida de Jesús. (nacido en Belén de Judea por intervención divina). Pero, obviamente, descuidó el pasaje donde se indica que Israel para Dios, es la niña de sus ojos. En adelante, todos conocemos lo que desencadenó esa maldición. Mientras eso sucedía y continúa sucediendo, los individuos de las sectas terroristas del Medio Oriente, siguen penetrando en el territorio venezolano.
Es de considerar que todas esas acciones emprendidas por los terroristas, tendrán inexorablemente un final fatal. Sin duda que habrán muertes de inocentes como hasta ahora ha sucedido en esta guerra desproporcionada; no obstante, creyentes confían en la mano de Dios que nuevamente establecerá la paz en esta larga y dolorosa trayectoria de muertes.
Narra el texto bíblico en Éxodo, sobre la salida de esclavitud de los israelitas de Egipto en aquel entonces, que “para castigar al faraón, Dios mandó una serie de plagas para doblegar la voluntad del monarca. El Nilo se convirtió en sangre. Miles de ranas cubrieron la tierra, seguidas de mosquitos y moscas. El granizo diezmó los campos y destruyó la cosecha; y las langostas acabaron con lo poco que quedó”.
Dios obra de maneras inexplicables y tomará el control está vez de la situación que mantiene al mundo en zozobra. Con certeza, Dios en su tiempo se hará cargo del desenlace de la guerra.
susana.morffe@gmail.com
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