IMPEDIMENTOS
Susana Morffe
La confusión en el país crece y los caminos equivocados por
no saber hacia dónde es conveniente conducirnos para encontrar la salida a los
problemas, aumentan la tensión social. Hay mucha irritabilidad en cualquier punto
geográfico de Venezuela y es necesario buscar conversatorios amigables. Las alianzas
con los que tienen una visión distinta a la realidad de los hechos y otros
ideólogos con sequía mental o reducida forma de ver el campo de acción por una
sola frontera, es un peligro mortal.
En Venezuela el predomino de la política o de los políticos
para resolver los problemas tan importantes y básicos, como son la alimentación,
salud y seguridad, oscurece el futuro del pueblo y otras veces lo aclara.
Así vamos: un día el ala izquierda decide que va a abolir la
Asamblea Nacional porque ha resultado una piedra en el zapato para sus fines de
permanencia en el poder. Lo apuesta un ciudadano de apellido Bolívar que no
conoce de libertad, independencia y al parecer solamente el yugo lanzó. Levanta
la voz un jurista y dice que es imposible hacerlo de un “plumazo”, sino a
través de una Constituyente.
De manera secuencial la oposición propone la designación de los
nuevos miembros de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en clara y legítima elección
por concurso, para deslastrar al Supremo de las figuras que trabajan a merced
del poder de turno y no de la justicia propiamente dicha. Los jueces del
régimen se valen de todo para anular el revocatorio.
La activación de la Carta Democrática y su proceso para
llegar a los puntos álgidos contenidos en el informe sobre la
inconstitucionalidad del gobierno, es una salida donde se incluye libertad para
los presos políticos y la realización de un revocatorio contra lo que
representa la figura del mandatario Nicolás Maduro y su gente, pero el tiempo
precisa medidas más urgentes porque el pueblo clama por ayuda en la miserable
condición que le toca vivir. La gente en la calle pregona que el régimen no se
dejará quitar el poder por la intervención internacional.
Se entraba y “dilata” el proceso de revocatorio por figuras
del lado oficialista para impedir que el instrumento constitucional no prospere
este año y así dar oxígeno a una gestión que hace 17 años ha dado
demostraciones de anarquía, pobreza y corrupción.
No se han dejado a un lado
las argucias de eliminar la inmunidad parlamentaria, eliminar sueldos a los
legisladores, y tantas otras en lo muy personal, como públicas y privadas que afloran
en la hostil agenda política del régimen.
Hay algo que el pueblo quiere y no sabe cómo lograrlo, como
también podría ser que los políticos
saben lo que quieren, pero no dan en el “clavo” para conseguirlo. En esa
paradoja se debate la vida social y económica del país. “Si buscas resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo”, expresó Albert Einstein.
El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, en
un reconocimiento a la prensa del país, en ocasión de la celebración del Día
del Periodista venezolano, desde la tribuna del parlamento pidió a los
profesionales de la comunicación que reconocieran y manifestaran los buenos pasos
que da la oposición para la salida. “Tenemos nuestro corazoncito”, dijo.
Los periodistas en su tarea de ser la voz del pueblo, de los
que no son escuchados, maltratados y de los que no tienen acceso a la denuncia
en instancias del poder, son los que han recibido más atropellos y están vulnerables
en el ejercicio de sus funciones profesionales. Si lo que informan se ajusta a
la verdad les cae la justicia del régimen, si lo dicen mal son execrados por
los políticos de oposición. Sin duda, hay algo que queremos y no sabemos en el
actual enjambre de impedimentos y situaciones atípicas que a diario tenemos que
vivir.
Hay muchas preguntas sin respuestas: ¿Dónde está la clave del
problema?, ¿Cuáles son esos errores de liderazgo?, ¿Están cumpliendo sus
promesas?, ¿Son claras las expectativas?, ¿Están escuchando a la gente?
El modo de vida actual ha engendrado más egoísmo social, cada
uno va por lo suyo, sin importar los que vienen atrás. El bien común parece que
se quedó en letra muerta y si no reaccionamos en beneficio colectivo, se
estaría desafiando, con terca oposición, a los males de nuestra sociedad, sin
afrontar nuestra responsabilidad sobre el mundo en que vivimos, entre lo que
queremos y no sabemos.
***
PRESOS DEL HAMBRE
Brian Fincheltub
Todavía recordamos cuando el fallecido presidente dijo que
quien robaba por hambre no era un delincuente, que las cárceles estaban llenas
de pobres y que los ricos terminaban siempre libres. Tales afirmaciones si
usted las trae a la realidad actual a muchos les parecerán incomodas, pero no
es deber de nosotros complacer a nadie, creemos propicio recordarlas, más
cuando se nos habla del pensamiento chavista como una especie de libro sagrado.
En plano general concuerdo con la opinión de los críticos del
ex presidente, que en su momento las calificaron como una justificación de la
violencia. Si creemos en las leyes, en el respeto a la autoridad y la
propiedad, no podemos justificar ninguna forma de pillaje, tenga las causas que
tenga. Pero la pregunta central que debemos hacernos y que coincide con una
parte del enunciado del líder de la revolución es ¿Por qué quienes roban por
hambre terminan presos y quienes roban al pueblo y lo ponen a pasar hambre
quedan libres?
Una interrogante impertinente para quienes hoy gobiernan,
sobre todo porque se desprende del pensamiento sacro de su “comandante eterno”.
Muchos dirán que fue una frase hipócrita e irresponsable, hagamos algo,
obviemos el contexto en el que dijo Chávez esta frase, apartemos sus
intenciones de seguir exacerbando el resentimiento y considerémosla como una
crítica sincera al sistema de justicia y sus inequidades. Ahora ¿Qué es lo que
pasa hoy?
Lo que pasa es que es imposible rebatir el peso de las
palabras, que una vez lanzadas no se pueden recoger. Es imposible esconder el
impacto de la realidad, que siempre nos aparece al frente aunque tratemos de
evadirla, esconderla, modificarla. En la Venezuela de nuestros días hay hambre
y hay gente detenida porque no pudo aguantar más.
Tenemos que reconocer también que la mayoría sigue
aguantando, que prefiere pagar cinco veces más antes que ir por lo ajeno, antes
de unirse a una ola llena de furia y desesperación que puede llegar a tener el
mismo poder destructivo de quienes hoy gobiernan. No es la solución comenzar un
canibalismo entre nosotros mismos, porque desde arriba continúan robándonos lo
poco que nos queda y saben que mientras nos sigamos comiendo unos a otros, se
calmará un poco el hambre y ellos seguirán con el verdadero saqueo.
Las cárceles venezolanas se llenan cada vez más de personas
que salen a robar por hambre, van contra hermanos venezolanos cuyo esfuerzo de
levantar un negocio les llevó toda la vida. Cumplen la condena que los
responsables de la crisis no pagan.
Un grupito protegido por la impunidad, sigue abusando del
pueblo, abusando de su paciencia, enviando jueces a prohibir que hasta se les
nombre, como si la gente no supiera quienes son. Siguen saqueando a Venezuela
sin ninguna consecuencia, a diferencia de quienes hoy duermen en celdas, ellos
no tienen hambre, ni hijos que les pidan de comer, ellos roban por pura
ambición, porque el poder los enfermó.
@Brianfincheltub
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