TODOS PRESOS
Susana Morffe
Hay muchas formas
de estar preso en Venezuela. No están solos aquellos que pagan por sus errores
dentro de un recinto o fuera de el. En Venezuela se produce la atípica
situación de tener a toda la población presa, unos detrás de rejas, otros
caminando por calles y avenidas.
Las diferencias no
son muchas entre los reos tras las rejas, algunos esperan por largo tiempo las
sentencias, otros están condenados de por vida y no dejan de estar
confortablemente instalados o los que controlan y ordenan a los rehenes, son
los llamados (pranes). Ejemplo: El “Conejo”.
A los que están en
los monstruosos calabozos venezolanos les pasa de todo y ellos a su vez hacen
de todo. Los que estamos en las calles nos pasa de todo cuando los primeros se
escapan (y son muchos los fugados) y es mucho lo que tenemos que hacer para
sobrevivir y no salir triturados por la maldad acumulada de los privados de
libertad y en libertad plena, bajo la negociada aprobación de los funcionarios altos,
medios y bajos.
Esa macabra vida
de enfrentar el día a día es por lo que más de la mitad de la población, se siente
presa y desea emigrar del país. Los venezolanos están presos por el hambre, por falta
de dinero en efectivo, por el pésimo sistema de transporte privado y colectivo.
Estamos privados de libertad de expresión y presos para salir del país en condiciones medianamente humanas.
Para el próximo 4
de junio seguiremos más encadenados que ahora. Con el nuevo cono monetario, los
venezolanos presos en las calles y avenidas desearan estar en calabozos porque
en esos recintos circulan los dólares y otras exquisiteces. Ciertamente hay hacinamiento,
pero para algunos es mejor estar adentro que en las calles desoladas, donde no
se consigue nada.
En un país
deformado como Venezuela los ceros no sirven para un cono monetario, pero para
los presos de calabozos, los ceros tienen puntaje. Ese si es un verdadero dólar
paralelo.
Entre tanto, los presos
políticos son torturados y vilmente “sentenciados” a una muerte lenta y segura,
bajo las condiciones más infrahumanas conocidas.
Y los cambios pa´cuando
El 3 de junio es el fin de la vigencia de la moneda
actual. Los billetes previos a la Reconversión quedarán desmonetizados. Empieza
el proceso de la re expresión con la disminución de tres (3) ceros en la moneda
y entra en circulación la nueva familia de billetes y monedas.
Parece conocida
esta historia. Algo más, el billete de 100.000 Bs, quedará fuera de
circulación a partir de esta medida.
@susanamorffe
⇓
Seis consejos para mantener la calma cuando todo va
mal
Hay ocasiones en las
que parece que todo va mal.
Como reza el refranero español “las desgracias nunca vienen solas” y muchas
veces sentimos que eso se confirma en nuestras vidas.
Pero no todo va mal, hay algo que
va bien, y es que tú sigues siendo tú mismo,
sigues teniendo un cerebro que puede ayudarte a solucionar o controlar, al
menos en parte, la situación que estás viviendo. Perder la calma no
es una opción, es necesario mantenerse tranquilo y relajado en la medida de lo
posible y mantener la cabeza fría.
Para eso aquí van algunos consejos para
que puedas poner en práctica cuando sientas que todo va mal, léelos con
tranquilidad e intenta llevarlos a cabo.
1.
Identifica las señales de tensión en tu cuerpo
Será importante que te fijes en qué te dice tu cuerpo cuando
estás ante una situación complicada. Es posible que sientas cómo se tensan los
músculos, cómo se acelera tu respiración o tu corazón o, incluso, cómo sube tu
temperatura corporal.
Cada persona tiene unas señales
diferentes. Debes saber identificarlas cuando
aparezcan para estar preparado para poder llevar a cabo los consejos
siguientes.
2. Respira hondo
El control de la respiración es indispensable para
mantener la calma. Cuando estamos bajo presión, con un alto nivel de estrés,
respiramos más superficialmente ya que el cuerpo está preparado para el ataque
o la huida.
Concéntrate en la respiración e
intenta que sea más profunda y más
calmada. Haz una inspiración profunda, aguanta el aire unos 5 segundos y
expúlsalo lentamente. Repítelo tantas veces como sea necesario y verás cómo las
señales de tensión de tu cuerpo se van reduciendo.
3. Concéntrate en otra cosa
Ante las situaciones complicadas,
muchas veces nos encontramos con que no podemos parar de pensar continuamente
en ello, e intentamos evitarlo, pero cuanto más lo evitamos, más nos viene a la
mente. ¡No pienses en un elefante
rosa! Y aparece como por arte de magia en tu cerebro.
Intentar no pensar en algo es pensar en ello.
Así que no intentes no pensar en
el problema, simplemente, concéntrate en otra cosa. Visualiza un
paisaje en tu mente, escucha música, mira por la ventana, conéctate a internet
y mira vídeos de gatitos o coge un buen libro de esos que enganchan y lee.
4. Muévete
Activar
tu cuerpo físicamente
hará que toda la energía y la tensión que has detectado en tu cuerpo se
concentre en una actividad productiva.
Salta, baila, practica golpes de
boxeo (contra un objeto no animado, por favor), corre, haz natación o
simplemente sal a caminar. La actividad física calma la ansiedad y
relaja el cuerpo y la mente.
5.
Utiliza el sentido del humor
Siempre. El sentido del humor es
básico para llevar una vida plena, feliz y divertida. Pero en las situaciones
complicadas todavía más, intentar sacarle el punto humorístico puede hacer que
se relajen las tensiones. No es fácil, pero se puede conseguir.
Por ejemplo: piensa qué pasaría
si hubiera una cámara grabándote y fueras el protagonista de una serie de
humor. Todo esto que te está pasando ahora formaría parte de un guión humorístico,
seguro que serás capaz de sacarle el punto divertido. Ríete de ti mismo.
6.
Piensa qué haría alguien a quien admiras
Si nada de lo anterior te ha
servido para mantener la calma, prueba con esto. Piensa en aquella persona que
crees que siempre está calmada, aquella persona que a pesar de los reveses de
la vida siempre tiene una sonrisa en la cara. ¿La has localizado? Bien, pues
piensa qué haría ella en esta situación. ¿Cómo actuaría? ¿Qué diría? ¿Qué
pensaría?
Ahora hazlo tu. Actúa, habla y piensa como
lo haría esa persona, verás que las cosas son más fáciles así. Por lo tanto, si hoy te sientes abrumado por las
preocupaciones y llevando tu vida como un pesado lastre, recuerda que puedes
dejar ante Dios tu carga y recibir de su paz.
Fuente: Siquia.com