sábado, 19 de enero de 2019

EL 23


Pensando en calificar lo que ocurre en el territorio nacional. Compleja no, diría que la situación en el país es típica del modo político de los venezolanos. Apoyamos al que está ganando. Siempre ha sido así.

Se aproxima el día de la efemérides recordada en el país durante 61 años, la caída del régimen dictatorial del fallecido militar Marcos Pérez Jiménez; es una constante, asumen el poder para quedarse, pero en el nicho mental de los ciudadanos, se reconoce que a cada dictadura le llega su hora.

Hoy tenemos bandos ególatras que  no han dado un paso al frente para salir de una languidez política incierta, mientras la población se desvanece por hambre y muerte,  otros engordan sus arcas personales. Y lo peor es, que nos estamos sacando los ojos unos a otros.

Juan Guaidò es un ciudadano venezolano, preparado intelectualmente, no es estadista, pero si tiene la fortaleza humana que sus pares políticos no han podido demostrar en 20 años del socio comunismo que “rechazan” y con el que han bailado pegado por mucho rato.  A Guaidò por cierto, lo ven como pensando “y que se cree él”.

En nuestro jardín florido, Venezuela, todos saben la historia de cada uno, algunas veces exagerada, patética, y entre ratos voluptuosos para aprovechar las oportunidades. Tanto en el hablar como en accionar.

Enfrentamos un episodio constitucional especial, por no decir único, la historia nos recuerda cómo se logró llegar a la democracia con situaciones violentas. El joven Guaidò carga encima de sus hombros una enorme responsabilidad y los ególatras lo critican. El país se divide entre los opositores, porque es mucho lo que pierden  estando cerca del poder y ven quebradas sus jugosas ventajas  para sobrevivir al llegar la hora final.

Pensando y observando los hilos ocultos de la política, es momento de brindarle  a la población la esperanza de avanzar en lo que otros no han podido hacer. Si los eruditos en la cosa política no han dado los resultados esperados, al menos dejen que Guaidò haga el intento.

Nos espera una gran batalla electoral, pero dejemos que sea demostrando el civismo que se ha perdido en los últimos años. Es tiempo de enlaces inteligentes, se trata de nuestra libertad personal y pública y sobre todo, por el rescate de nuestro país. Vale la pena rememorar el 23 y permitir que Simón Bolívar “baje tranquilo al sepulcro”.

@susanamorffe



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